No puc demorar més el post sobre la poesia d’Esteban Martínez, que fa mesos em ronda.En aquest primer post transcric dos dels seus poemes que m’agraden particularment: “Carretera con mariposas” i “Máquina de escribir”.
Crec que m’he d’abstenir de comentar-los perquè, especialment el primer, em semblen un prodigi, i formen part de la col·lecció de poemes de referència personal que un va acumulant al llarg dels anys.
(Fotografia de Rodrigo Martínez)
CARRETERA CON MARIPOSAS
[1]
La carretera es un campo primorosamente
minado de mariposas. Son mariposas suicidas.
Papá no tiene ningún escrúpulo cuando las arrolla:
Cuando conduce es impasible.
Me vuelvo y miro por la ventanilla de atrás
pero el sucio pavimento niega el holocausto.
Aprendo que las evidencias a los ojos de los niños
siempre van a ser silenciadas.
[2]
Después, cuando los mayores están obcecados
en sus preocupaciones, hago la carretera a pie.
Apenas aceitosas salpicaduras dan testimonio
del exterminio ¡ya no de mariposas!
sino de la luz y del color.
[3]
Yo quiero enterrarlas a todas dignamente.
Peró mamá dice que no hace falta,
que las mariposas son pura alma: como mis ojos.
Quizás por eso sienta un inconmensurable horror
cuando la noche rueda, impasible, párpado abajo.
Esteban Martínez
Plaquette “com l’edat d’or des de la terra obscura”,
núm. Llop. Tardor 2005.
Papers de Versàlia.
MÁQUINA DE ESCRIBIR
La Olivetti con la que escribía mi padre
fue siempre un objeto apátrida,
llevado y traído del ropero de la entrada
a la mesa del comedor, desubicado.
Su tecleo insistente era el diapasón
de una esperanza, el pulso secreto.
En las tardes de domingo –tardes verdaderas-
la lenta mediocridad de las horas familiares
caían bajo sus ráfragas. Quiso ser escritor.
Lo fue, sin duda. Su mano está en mi mano
y escribo haciendo uso de su mejor legado:
El silencio. Las palabras. Su secreto.
Esteban Martínez
Plaquette “coses i noms per dins tenen un pacte”,
núm. Nu. Primavera 2006.
Papers de Versàlia.
