Joder, hay que tener las neuronas fundidas para pensar que alguien pueda estar ocioso aquí. Si al menos hubiese una librería, no digo una buena librería, ni una mala librería: un lugar donde, a parte de gominolas, vendan libros. Y sí, ya sé que con esta lluvia no hay quien aguante a los críos en casa. Y sí, pienso protestar toda la tarde. Puede que todo el fin de semana, lo más seguro.